El derribo de las chabolas que permanecen en Penamoa se realizará a lo largo de varios días porque el Ayuntamiento presentó demandas por separado contra las familias del asentamiento y cada una de ellas recayó, por sorteo, en un juzgado distinto. Todos los magistrados emitieron a finales del año pasado sentencias favorables al Concello en las que ordenan a los residentes en el poblado el abandono de los terrenos que ocupan porque son municipales. Los afectados, sin embargo, ignoraron los fallos judiciales, por lo que serán desalojados por la fuerza.
Cada juzgado tramita las demandas a su ritmo, dependiendo, entre otras causas, de la carga de trabajo y de si los chabolistas presentaron recursos o no. Por ello, cada unidad marcará una fecha para ejecutar su sentencia. El Juzgado de Primera Instancia número 2 será el primero en desalojar por la fuerza de Penamoa a un matrimonio y a su hijo. El órgano solicitó colaboración a la Policía Nacional por temor a que los residentes en la vivienda se nieguen a abandonarla y opongan resistencia cuando la pala municipal la derribe.
El Ayuntamiento escogió el proceso más rápido para desalojar a los chabolistas del asentamiento, ya que las demandas civiles que presentó se resuelven en muy poco tiempo. De hecho, la Concejalía de Servicios Sociales las entregó el pasado mes de julio y en noviembre los jueces emitieron sus sentencias, en las que recalcan que los chabolistas deben "reconocer y respetar" el derecho de propiedad del Ejecutivo local sobre las fincas. Los jueces basan sus fallos en que los tres solares en los que residen los 23 chabolistas demandados están inscritos en el Registro de la Propiedad a nombre del Gobierno municipal.
Las obras de construcción de la tercera ronda, que atraviesa parte de Penamoa, obligaron en 2008 al Ayuntamiento a iniciar el proceso para desmantelar el asentamiento. La Concejalía de Servicios Sociales decidió entonces colocar en el poblado unas construcciones prefabricadas, previo pago de 200.000 euros, para que la Fundación Secretariado Gitano impartiese unos cursos cuyo objetivo sería educar a los chabolistas antes de ser recolocados en viviendas.
Las casetas, similares a las de obra, comenzaron a funcionar con casi un año de retraso, en 2009, y las clases se suspendieron durante meses. De hecho, muchos vecinos fueron realojados en pisos sin asistir a las actividades. La Fundación Secretariado Gitano, con sede en Vigo, cobró 250.000 euros por desarrollar el proyecto. Algunos de los residentes en Penamoa se negaron a participar en el programa, por lo que no fueron incluidos en el plan de realojos de la Concejalía de Servicios Sociales, que también rehusó ayudar a alquilar pisos a los vecinos que tienen numerosos antecedentes penales.
Esas familias permanecen en el asentamiento y desde hace tres años ignoran al Ayuntamiento, que les exige que abandonen el poblado. En junio de 2010 el Gobierno local concluyó el proceso para realojar a chabolistas, por lo que demandó a los 23 vecinos que aún residían en Penamoa. Los jueces le dieron la razón y ordenaron la liberación de los terrenos, pero también desacataron las sentencias.
La justicia, por tanto, ordenó el desalojo forzoso de las fincas. El primer desahucio se ejecutará el martes y el resto de juzgados de primera instancia fijarán en los próximos días las fechas para derribar las chabolas que permanecen en el poblado. Fuentes judiciales aseguran que el asentamiento desaparecerá en abril.
Hace dos años, Begoña Salazar, la chabolista que será desalojada el martes por la fuerza junto a su marido y a su hijo, tenía esperanzas de ser realojada en un piso. Por aquel entonces trabajadores de la Concejalía de Servicios Sociales visitaban a menudo el poblado para diseñar un plan para recolocar a sus vecinos y las excavadoras que ejecutaban las obras de la tercera ronda estaban paradas en la entrada del poblado a la espera de que los terrenos fuesen liberados. La barraca de Begoña impedía el paso a las palas y el Concello negoció con ella hasta que accedió a construir una casa en otro lugar de Penamoa. A cambio recibió 560 euros y madera.
"Me gustaría que me diesen un piso, pero estoy contenta con la nueva chabola", decía la joven mientras observaba cómo levantaban la barraca. La vivienda duró poco más de dos años. El martes será derribada por orden judicial. Ni ella ni su familia serán recolocados en casas porque su marido tiene numerosos antecedentes penales. De hecho, aún tiene condenas por cumplir.
sábado, 26 de febrero de 2011
La Justicia ordena el desalojo forzoso de los chabolistas que se niegan a dejar Penamoa
La Justicia iniciará la próxima semana el desalojo forzoso de los chabolistas que se niegan a abandonar Penamoa. Una comisión judicial, acompañada por un representante legal del Ayuntamiento y efectivos de la Policía Nacional, se desplazará el martes por la mañana al asentamiento para ejecutar la sentencia que ordena el desahucio de una familia residente en la parte alta del poblado, al lado de los depósitos de agua.
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