sábado, 24 de julio de 2010

La nueva depuradora en pruebas

Después de varios años de retraso (no está de más recordar que Aznar no puso un duro para sanear nuestras aguas) la depuradora ya está en pruebas.

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La nueva estación depuradora y el emisario submarino de Bens comenzarán a funcionar a finales de mes en período de pruebas. Ignacio Maestro, jefe de área de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, explicó que el objetivo es que esté a pleno rendimiento a finales de año, una vez que la Xunta y el Ayuntamiento firmen el convenio que permitirá la gestión de las instalaciones por parte de la administración municipal. De hecho, las obras del emisario submarino están completamente finalizadas y en la depuradora solo faltan por ultimar pequeños detalles, como los recubrimientos, la plantación del césped o el asfaltado de las pistas de acceso. De hecho, la planta ya tiene suministro eléctrico desde la semana pasada: por el momento se han contratado con Unión Fenosa 2.600 kw/hora, aunque cuando esté a pleno rendimiento superará los 6.000 kw/h (el contrato de una vivienda media es de 5 kw/h).

La depuradora y el emisario darán servicio al municipio coruñés y a los concellos de Cambre, Culleredo, Arteixo y Oleiros, lo que supone un sistema de saneamiento para una población de 325.000 habitantes. De todas formas, todas las dependencias están preparadas para posibles y futuras ampliaciones.

En las nuevas instalaciones de la depuradora se tratarán 1.500 litros por segundo de aguas residuales. Este caudal medio podrá aumentar en momentos puntuales hasta los 6.700 litros por segundo (130 millones de litros al día). Esta depuración supondrá eliminar 40 toneladas diarias de contaminación que en este momento están siendo enviadas directamente al mar y que se transformarán en materia seca (fango) que podrá ser utilizada como compost, combustible en cementeras o bien depositada en un vertedero controlado.

En cuanto al emisario submarino, Ignacio Crespo destacó que permitirá enviar al mar las aguas depuradas, desinfectadas y libres de las toxinas que afectan al marisqueo de la zona. Desde la cámara de carga del emisario, los restos circularán por una tubería subterránea de hormigón polímero de 1,8 metros de diámetro y 560 metros de largo. Continuarán hasta una tubería más flexible fondeada en el lecho marino de 1,6 metros de diámetro y 340 metros de largo, para salir al mar a través de 14 difusores. Para evitar que la acción de las mareas destroce estas tuberías, tal y como ocurrió con el antiguo emisario, se dragó el fondo marino y se colocó la última parte de la tubería dentro de una zanja protegida con una escollera.

http://www.lavozdegalicia.es/coruna/2010/07/24/0003_8628039.htm

http://www.lavozdegalicia.es/coruna/2010/07/24/0003_8628042.htm

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