Hoy en La Voz una noticia que da fe de cuanto ha perdido nuestro barrioen solo dos meses. seguimos sin centro cívico, sin biblioteca, sin espacio para la cultura. Para crear una fundación, privada, que "atienda" servicios sociales y deporte si que han tenido nada menos que cuatro millones de euros. Una lástima:
"El que fue proyecto estrella de Javier Losada permanece cerrado, sin actos ni director
Prohibido pasar a los peatones. Esa es la señal, junto a una valla y una cinta de seguridad, que impide acceder al Ágora por su puerta principal. Ahora se entra por una de las laterales. Pero únicamente lo pueden hacer los empleados del centro y los niños participantes de un campamento de verano. El resto de los ciudadanos no. Todo lo que alberga el edificio -la biblioteca, la ludoteca, el punto de información, la sala de informática, el registro, el auditorio, las aulas para actividades- está paralizado. Pende de una apertura para la que no hay todavía fecha oficial.
Tampoco existe un plazo para designar un nuevo director, tras el cese de Manuel Olveira, contratado por el anterior gobierno municipal. Y la pestaña que en la página web del centro conduce a la programación no lleva a ninguna parte. Una mirada al interior del edificio, en donde aún se ven cajas sin abrir, confirman todo lo que ponen de manifiesto el resto de los datos: que el Ágora está parado. Tanto, que los vecinos de la zona asumen que hasta el 2012 no lo verán en funcionamiento.
Desde el Ayuntamiento se insiste en que darle sentido y contenido es una de las prioridades del Carlos Negreira. Por ahora, algunas de las actividades programadas para el verano, como el festival Artec de arte y música electrónica, no se llegaron a celebrar y, más allá de la declaración de intenciones del alcalde, apenas se dan pinceladas sobre su futuro.
Estas líneas maestras indican que se compaginará el carácter de centro cívico con otra vertiente de corte más puramente cultural, que abarcaría exposiciones, representaciones y espectáculos. Cultura pretende que el Ágora sirva de escaparate para los artistas locales no consolidados y, en muchos casos, como lugar para desarrollar su obra. Sobre esas bases se buscará una persona que lidere el proyecto y lo conjugue con el lado más puramente vecinal, de lugar de encuentro y esparcimiento para los vecinos del Agra del Orzán, San Pedro de Visma, Mariñeiros, Los Rosales, Ventorrillo y Labañou.
El gran proyecto de Losada
El Ágora, subtitulado como centro cultural para o progreso social, fue el gran proyecto de Javier Losada. En él, el anterior alcalde quiso simbolizar la política social de su gobierno, creando un lugar «para las amplias mayorías y esas minorías que hemos de cuidar», tal y como indicó en la visita a las obras que hizo en marzo de este año, poco antes de arrancar el período electoral.
La intención de aquel gobierno local pasaba por tenerlo listo antes de las elecciones. Al final, en plena campaña, la concejala Silvia Longueira anunció un concierto de la artista Diamanda Galás. Fue una inauguración oficiosa. La oficial la prohibía la ley electoral. El auditorio se llenó hasta la bandera, pero también surgieron críticas entre vecinos que consideraban que se estaba enfocando la infraestructura más hacia la cultura elitista que a las funciones más populares de un centro cívico.
El diseño del Ágora empezó a fraguarse en el año 2005, pero no fue hasta el 2009 cuando arrancaron las obras. El presupuesto inicial fue de 9,2 millones de euros, pero finalmente llegaría a los 12. Parte de ese dinero procedía de de los Fondos Feder de la Unión Europea.
El complejo cuenta con más de 10.200 metros cuadrados de superficie. De estos, 4.404 son para el edificio, que tiene sótano, semisótano, planta baja y un piso, y 5.259 metros más para la parcela que lo rodea. Las previsiones que se manejaban eran de 750.000 visitantes esperados cada año.
Entre las instalaciones destacan la biblioteca, con 1.700 metros cuadrados y 60.000 volúmenes, y el auditorio, con 900 metros cuadrados y capacidad para 549 personas."
1 comentario:
Una pena, hay que seguir de cerca siempre a los políticos (a los viejos y a los nuevos) y mantenerse siempre atento para que se termine lo que se empieza.
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