-¿Cómo interpreta la presentación de más de cinco mil alegaciones a su propuesta de plan general?
-Forman parte de un proceso normal de cualquier plan general, porque todas las personas tienen que proteger sus derechos de la mejor forma posible y que siempre hay errores al cotejar unos planos con la realidad. Sí que es cierto que no me esperaba tantas, pero la mayoría de ellas tienen que ver con un problema muy concreto. En todo caso, se analizarán y responderán todas ellas para intentar ser absolutamente precisos.
-Ese problema es el contencioso de las alturas y los pisos fuera de ordenación.
-Es una pena que se haya generado tanta polémica y se haya dramatizado tanto el tema. Yo nunca he dicho que haya que cortar edificios. Es más, creo que no hay dinero suficiente para indemnizar a los afectados en caso de que hubiera que derribarlos ni creo que sea la solución más adecuada.
-¿Entiende la controversia social generada?
-Claro que la entiendo. Por eso se va a solucionar el malentendido. Es un asunto que no es ni una prioridad ni una necesidad y en la redacción definitiva del documento se evitará cualquier ambigüedad. Otras legislaciones son más claras en este asunto, pero aquí hay la norma que hay y vamos a intentar solucionarlo. Pero entiendo esa reacción, porque si yo fuera un afectado también diría: «Déjese de puñetas y explíquemelo». Y lo haremos. Lucharemos contra todas las desigualdades, intentaremos ser justos y garantizamos que trataremos a todo el mundo por igual.
-¿Cree que esa polémica ha distorsionado el debate sobre un plan que era muy elogiado inicialmente?
-Es injusto discutir sobre un tema colateral. Si hay un error, hay que corregirlo, pero lo importante es el fondo del plan, que pasa porque A Coruña debe dar un salto similar al de la década de los 60 y pasar de ser una ciudad a ser una capital metropolitana. El plan apunta a esa dirección y es ahí donde tenemos que volcar nuestros esfuerzos para invertir el dinero de los ciudadanos. Hay grandes actuaciones como la transformación de los espacios portuarios, la intermodal o el parque alto. Si me he equivocado en las alturas, lo siento, me excuso, que la gente se quede tranquila y vamos a seguir trabajando.
-El alcalde anunció que habrá varias actuaciones que no se podrán incorporar, como el caso de la Fábrica de Armas o el muelle del Centenario.
-En un plan general siempre hay cosas que no se pueden hacer. Pero lo que tenemos que hacer es tener todo previsto y saber cómo hay que actuar en cada caso. La Fábrica de Armas se incorporará tarde o temprano y tenemos que estar preparados para contar con ese espacio y estar listos para aprovecharlo.
-También ha generado debate el Agra de San Amaro y la relación con la Torre.
-Ahí tenemos que buscar el camino inverso al que se estaba llevando a cabo. Hasta ahora, era la ciudad la que avanzaba sobre el faro. Ahora, hay que renaturalizar el espacio y convertirlo en la fachada más digna de la ciudad apostando por los valores más positivos. ¿Construir? A diferencia de otros planes, lo que queremos es hacer importante lo no construido y generar nuevos espacios de relación para las personas.
-¿Y las dudas sobre la viabilidad económica del PGOM?
-Los cálculos que ofrecemos nosotros son aproximaciones razonables y creíbles, estimaciones de lo que pueden costar las cosas. Pero esos umbrales ciertos dependen de muchos factores. Las inversiones principales dependen de los presupuestos del Gobierno central y del autonómico. Y la ciudad tiene la gran suerte de que sus grandes infraestructuras están ya en marcha o comprometidas. Pero yo no soy partidario de los actos de fe a priori, sino de ir haciendo las cosas poco a poco para que se vean."
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