domingo, 28 de diciembre de 2008


Navidad en Malawi.

Esta foto está dedicada en especial a aquellas personas que manifestaron cierta incomprensión ante la decisión del administrador de este blog, de pasar estas fiestas en la zona rural de Dowa, a 80 kilómetros de la capital, Lilongwe, en una de las zonas más pobres del país.

Creo que lo hizo por la compañía, y eso lo aclara todo. Pero si alguien necesita más explicaciones:

El punto de partida es en 1992 un Centro de Rehabilitación de Malnutridos que acoge a niños y niñas con sus madres. Más tarde, debido a las necesidades acuciantes, se amplió a la recogida de 150 niños y niñas huérfanos del SIDA así como al seguimiento de más de 700 menores de los alrededores que, a pesar de vivir con sus familias, necesitaban especial atención. Actualmente también cuenta con un dispensario que realiza más de 100 consultas diarias, un hospital con 200 camas, una granja-huerta-escuela, una clínica ambulante y clases de alfabetización y refuerzo para escolares.

Nuestra indolencia en cifras:

  • El 15% de los 11 millones de malawianos/as es seropositivo. La pandemia ha reducido en unos años la esperanza de vida de 46 a 36 años. Hay más de 470.000 menores huérfanos cuyos progenitores han muerto por la enfermedad.
  • El 30% de los menores de 5 años es seropositivo y el 35% de las embarazadas también están infectadas. Los retrovirales que tendrían que tomar para que su futuro hijo/a no nazca ya enfermo cuestan unos 240 euros, cifra astronómica para un país que se muere mientras las farmacéuticas internacionales ven multiplicados sus beneficios imponiendo unas reglas al comercio mundial que evitan la producción e importación de genéricos.
  • La tercera parte de las parturientas sufren un brutal herpes Zóster, asociado al sida. Con 20 euros tendrían suficiente para su tratamiento.
  • En Alinafe, más al norte, cerca del Lago Malawi, con sólo 6.000 euros han hecho casi 50 pozos en un mes. Con una simple paleta la gente cava pozos de 10 metros, los cubre con cemento e instala una bomba. La vida cambia de golpe, porque ya no enferman bebiendo de los charcos. Y causan gran entusiasmo las bombas a pedal que, por 20 euros, irrigan los huertos.

Y esta otra foto presenta los rostros de un futuro distinto, el del proyecto de apoyo económico a chicas que cursan sus estudios de Secundaria en Lilongwe, Malawi, África.

En las culturas africanas, y en la malawiana en especial, todo el peso de la familia recae en la mujer. Es ella la que acarrea el agua, la que se levanta para ir a buscar leña al monte, la que sostiene la precaria economía familiar. La sociedad chewa, la tribu en la que se encuadra el centro de Malawi, es matriarcal, pero este status no pone a la mujer en mejor situación, al contrario, le exige mucho más y la obliga a asumir en solitario todas las responsabilidades.

Este punto es importante para entender el futuro de las niñas huérfanas. Todas ellas pertenecen al clan pero viven con algún familiar directo, no con sus progenitores fallecidos a causa del SIDA. Muchas veces son utilizadas como mano de obra y si existe una remota posibilidad de educación ésta siempre recaerá en el hijo de la familia con la que viven. En general la situación de la adolescente en Malawi, sea huérfana o no, es precaria de ahí que sea necesario un gran esfuerzo por elevar su dignidad. Con este proyecto pretenden dar un empuje a la educación de la mujer en el país construyendo un internado donde se albergaran estas jóvenes, permitiendo así su acceso a estudios superiores.

Para Malawi, más que nunca, y para los “ángeles de Chezi”, Feliz Año 2009!!!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

admirable!!!